¿Cuantas
oportunidades hemos dado a una misma persona habiendo gente que está esperando
a qué le demos la primera?
¿Cuanto
estamos dispuestos a sacrificarnos porque dependamos de una persona para ser
feliz?
¿A
cuantos homosapiens les hemos dado la opción correcta aún sabiendo que no era
la persona adecuada?
¿A
cuantas personas hemos perdonado aún sabiendo que el perdón agravaría
nuestras heridas?
Preguntas,
preguntas y preguntas. Y todas ellas son contestables.
Ahora cada cual que sustente las respuestas con un fundamento y cuando se tenga la explicación, olvidar las respuestas para así generar otras, para que estas últimas, sean las que merezcan la pena recordar.